¿Son las emociones tus aliadas o enemigas? ¿Qué mensaje tienen para ti?
Primero me gustaría aclarar que son las emociones: son nuestras reacciones subjetivas a las experiencias que vivimos, sean reales o no.
¿Cuántas emociones tenemos o sabemos reconocer. Las básicas son: miedo, sorpresa, asco, ira, alegría y tristeza. De todas ellas, surgen combinaciones numerosas.
Lo que quería que reflexionáramos juntos hoy es el motivo de que hoy en día se hable tanto de ellas y de la inteligencia emocional. En mi opinión, creo que porque el ritmo de vida moderna nos ha hecho desconectar de ellas, es decir esconderlas. Y por otro, porque en muchos casos nos condicionan nuestro día a día, nuestra visión del mundo y la relación con los demás.
¿Recuerdas la película Inside Out?
La nombro y recomiendo en casi todos mis talleres, porque, vista desde un punto de vista de adulto, te muestra como todas las emociones son válidas, todas están en nosotros. La tristeza cobra vital importancia en la cinta de Pixar porque sólo conociéndola puedes valorar la alegría. Y así podríamos revisar todas y cada una de las emociones.
Cuando nos llega una emoción, tenemos la opción de aprender a mirarla de frente, a atravesarla, a entenderla. ¿Cómo se hace esto me preguntaba yo? Esto es lo que he aprendido:
Primero teniendo la capacidad (hay personas que lo hacen casi innato) o aprendiendo a parar para sentir esa emoción en tu cuerpo: dónde se aloja, cómo estás respirando ahora que te paras a sentir, la temperatura de tu cuerpo sube o desciende… una vez localizada, podemos gestionar que no nos invada o nos anule, pero sí que le damos su espacio y su importancia. Esconder no sirve de nada, termina saliendo de una forma incontrolada.
Después, puedes estar preparad@ (con práctica o ayuda) a gestionar esa emoción y sus consecuencias en tu vida: quizás no te deja ver con perspectiva, a lo mejor te está provocando que huyas o evites una situación difícil y la estés postponiendo…
Si aprendes a detectar tus emociones y a gestionarlas, no vamos a estar menos tristes o con menos miedo por ello, pero si lo superamos antes. No podemos parar las olas pero si surfearlas.
Por último, una vez que has entendido bien tu emoción, entonces es cuando puedes estar listo, lista, para entender que mensaje te traía: ese miedo que se repite una y otra vez ¿no será que ya es hora de afrontar que eres un ser vulnerable cómo todos?; la tristeza que te provoca un suceso puede que te recuerde que no todo en esta vida es como queremos y te recuerda que tienes capacidad para superarte cada día; quizás tienes que aprender a poner límites.
Puede haber tantos mensajes, tantos aprendizajes como situaciones en la vida te provoquen una emoción.
Es un tema apasionante. No olvides que la inteligencia emocional es la habilidad para monitorizar los
sentimientos y emociones propios y ajenos, discriminar entre ellos y utilizar esta información para dirigir los propios
pensamientos y acciones.” – Salovey y Mayer.
De esta frase puedes tú mism@ deducir que tienes libertad para elegir cómo reaccionas ante tus emociones y las de los demás. Lo iremos viendo poco a poco. Por hoy, solo te recomiendo que pares cinco minutos y explores que emoción tienes en este momento ¿alegría, ansia, enfado? Solo eso, reconoce que sientes y dale su espacio. Enhorabuena estás viva, estás vivo. Después continúa tu jornada.
¡Gracias por asomarte por aquí! Sol@ estoy bien. Acompañad@ estoy doblemente bien.